La política dominicana está marcada por promesas incumplidas, y este 2024 no ha sido la excepción. La mayoría de los partidos y movimientos que se aliaron al PRM para llevar a Luis Abinader a la presidencia ahora se sienten traicionados. Hasta el momento de redactar este artículo, el 98% de esos aliados han sido dejados de lado, ignorados como si nunca hubieran aportado al triunfo. Esta actitud no solo es desleal, sino que pone en riesgo el futuro político del PRM de cara a las elecciones de 2028.

El caso más simbólico es el del general Zorrilla, quien, según los rumores, logró que el presidente Abinader le jurara un nombramiento inmediato. Pero parece que el juramento fue más simbólico que real, como cuando los niños cruzan los dedos para no cumplir una promesa. Este tipo de acciones solo alimentan la desconfianza y refuerzan la percepción de que el poder se usa para proteger a un círculo cerrado, sin importar el costo político.

La frase “están cubiao” se ha vuelto un grito de reclamo entre los aliados y movimientos políticos que sienten que el PRM los utilizó para ganar y luego los descartó. Este descontento es una bomba de tiempo que explotará en el momento menos oportuno para quienes aspiran a continuar el proyecto político de Luis Abinader. El PRM está jugando con fuego, y ese fuego podría consumir sus aspiraciones futuras.

Si algo queda claro en este panorama es que la política dominicana sigue siendo un terreno donde los compromisos son efímeros y la lealtad se desvanece una vez alcanzado el poder. Los “cubiao” de este año no se olvidarán fácilmente, y el precio de esta traición podría ser demasiado alto para el PRM. El tiempo dirá si los que hoy son ignorados sabrán cobrarse con intereses.